En el ámbito profesional el déficit representa la pérdida de oportunidades para asumir cargos o competencias adecuadas a la preparación del individuo.
Estas personas pueden llegar a no presentarse a entrevistas de trabajo, no ofrecer candidaturas, no opositar etc. . La autoestima está tan debilitada por la vergüenza que sienten,  que su vida laboral es poco satisfactoria lo que contribuye todavía más a corroborar su autoimagen de inadecuación y a mantener el estado depresivo.

Otras consecuencias de la vergüenza, que provocan sufrimiento en el sujeto,  vienen del trato recibido por los compañeros de trabajo o colegas. A veces el sujeto pasa a ser igonorado tras varias negativas a participar en eventos, actividades de grupo, fiestas, cenas etc.
Cuando la persona se siente cosificada está ya en una situación tan insoportable para él que le conduce a buscar ayuda, primero entre sus pocos allegados de máxima confianza y después acude a un profesional de la salud psíquica. Cuando se llega a este estadio,  el largo proceso de mejora ha comenzado.

En otras ocasiones el sujeto no pide ayuda y sufre cada vez más. Para apaciguar su sufrimiento puede optar por conductas autodestructivas basadas en el circuito de la recompensa inmediata (ludopatía, drogas…). en ocasiones la misma vergüenza es la que impide al individuo buscar ayuda.