Año nuevo, nuevos propósitos

La vida es un continuo en el tiempo, del mismo modo que es un continuo en nuestro proceso de aprendizaje. Pero esa linealidad, se ve truncada en dos épocas del año: tras las vacaciones de verano y, en especial, a final de año. Un cambio en el calendario parece ser la oportunidad perfecta para pasar página de los errores cometidos en los últimos doce meses y hacer propósitos en los que incluimos un sinfín de proyectos nuevos.

Este es, a menudo, nuestro primer error: apuntar muchas cosas en la lista. No tenemos por qué poner en marcha todos los cambios a la vez. Yo os recomiendo elegir cuidadosamente solo uno o dos propósitos para que sea más fácil llevarlos a cabo. Centrarse en pocas cosas siempre es más efectivo que intentar hacer muchas.

¿Por qué esa necesidad de cambio? Hay muchas explicaciones; una de ellas es que es una manera de acallar a nuestra conciencia, que nos recuerda constantemente aquello que deberíamos hacer y no hacemos. Pero también es que nuestra mente necesita alimentarse de nuevos retos y motivaciones.

El problema es que no siempre se logran. Es como cuando nos planteamos que deberíamos dejar de fumar, porque sabemos que es malo para la salud, pero lo justificamos diciendo “bueno, total, de algo hay que morir”. Así que plantearse retos aun estando casi seguros de que no los llevaremos a cabo, de alguna forma, es tranquilizador. Sin embargo, los buenos propósitos tienen un lado amargo que se revela a lo largo del año, según vamos comprobando que no los hemos podido cumplir.

¿Qué es lo que hay que hacer? Os aconsejo hacer una reflexión con calma, para averiguar dónde estuvo el error de nuestro planteamiento. Y eso significa preguntarnos dónde estamos, adónde queremos ir y que tenemos que cambiar.

Invertir en autoconocimiento es la mejor herramienta para prevenir la infelicidad.

Como siempre suelo hacer, voy a compartir con vosotr@s algunas ideas básicas, para que vuestros propósitos se hagan realidad:

  • Escoged metas bien definidas, muy concretas. Hay que tener una idea precisa de lo que queréis conseguir.
  • Autoestima. Es decir, sentíos capaces de afrontar con éxito vuestro objetivo.
  • Actuad sin demora. Muchas veces decimos que lo vamos a hacer pero no acabamos de hacerlo, nunca encontramos el momento.
  • Disfrutad de vuestros progresos paso a paso, sin esperar a alcanzar vuestro objetivo, como si ya fuera una realidad.

¡Amor para todos y un fuerte abrazo!

Salomé Cosculluela

(Asesoramiento periodístico: Francesc Vázquez)

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