LA VERGÜENZA DEL SECRETO

Sigo con el tema de la vergüenza que todavía me inspira y sigue dando de sí.

“Las historias secretas rodeadas por un halo de vergüenza causan un profundo trauma en la psique.”

Mujeres que corren con los lobos. Clarissa Pinkola Estés.  

 
La carga del secreto puede llegar a ser tan pesada que necesite para mantenerse en silencio gran parte de la energía mental. Creemos que los actos,considerdos socialmente vergonzosos, cometidos en el pasado por nosotros mismos o por un ser querido son un estigma que hay que ocultar para no ser rechazados. Recordemos que el sentimiento de vergüenza lleva asociada la idea de rechazo.
Cuanta más energía usada en el secreto vergonzoso, más crece éste y menos espacio para otros potenciales psíquicos. La creatividad, por ejemplo, se ve seriamente afectada, no le queda espacio para espandirse, se tiene pués que comprimir, reprimir… 
Al hablar de creatividad no me refiero a pintar un cuadro o componer una melodía; me refiero al espacio mental necesario para que la mente esté activa y flexible. Sana, para sentir alegría, amor, dolor, rábia, goce …

 

La represión consigue lo que se ha llamado la “zona muerta”. ¿puedes visualizar una parte de tu mente muerta? ¿cómo te sientes?…intuyo que la respuesta tiene que ser del estilo de: marchita, muerto, fria, sóla, encerrado, asustada, mutilado…
En televisión está en antena el concurso “El juego de tu vida“.  Los concursantes responden con un sí o un no a preguntas sobre su intimidad y los secretos vergonzosos que hasta entonces han ocultado. Familiares y amigos están presentes. El objetivo es ganar una buena cantidad de dinero y aunque la mayoria de veces no se llevan nada dicen sentirse aliviados tas haber aireado públicamente sus asuntos más íntimos. 
 
Dudo que un plató de televisión sea el lugar adecuado para decir la verdad y empezar a sanar los traumas. Aunque, teniendo en cuenta que quien acude a participar en televisión tiene que ser exibicionista, para algunas personas puede suponer una catársis. No sé si entre el equipo del programa se encuentra un psicólogo, pero debería.


Compartir con una persona compresiva y afectuosa la carga vergonzosa, contar qué ocurrió y porqué, es el principio para sanar la zona muerta. Hablar del tema tantas veces como sea necesario, con la persona adecuada, ayuda a superar el trauma. La comprensión del otro reducirá la vergüenza y el afecto actuará cómo un bálsamo reparador.

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