Miedos y ansiedad (estrés)

Cuando llegamos a ser conscientes de que sufrimos ansiedad es que llevamos largo tiempo viviendo con estrés.

Con una situación de ansiedad prolongada e intensa se puede desencadenar una crisis con síntomas tan desagradables como la sudoración, taquicardia, mareos, nausea e, incluso, sensación de muerte inminente. Si lo has vivido, sabes perfectamente de qué estoy hablando.

En el origen de la ansiedad se encuentran el miedo y la necesidad de control. Estos miedos se pueden transformar en patologías como fobia social, hipocondría, ansiedad generalizada, preocupación crónica, estrés, insomnio o comportamientos compulsivos como comer, fumar, beber, etc. Estos trastornos afectan seriamente la calidad de vida de quien los sufre y de las personas que están en su entorno próximo.

El tratamiento que yo propongo se basa en trabajar a nivel físico, psíquico y emocional para gestionar con éxito el miedo que se encuentra en la base. Para ello hay que eliminar o reducir los pensamientos catastróficos, aprender a respirar correctamente y liberarse del peso del pasado, sin obsesionarse por el futuro para mantenerse felizmente centrado en el presente.

El objetivo final de mi método para tratar la ansiedad es aceptar que la vida lleva implícita un componente de incertidumbre que hace imposible el control, pese a lo cual se puede vivir feliz.